De 1.87 m de estatura según expertos forenses: fue muy moreno de rostro, casi oscuro; de unos treinta y pico de años, de barba gruesa y cabellos muy negros: muy ondulados y largos que terminaban en una tosca trenza hasta la cintura como estaba de moda entre los jóvenes palestinos en tiempos del emperador Tiberio. 

Y quien tenía como amigos a lo "peor": a los desplazados, odiados, temidos, a los olvidados e insultados, a "los sin voz", a los "sin rostro", a "los sin nada". A quienes él les decía "amigos" porque él prefería la diversidad y la libertad, antes que la cerrazón y esclavitud del rito.

Este judío palestino y su familia fueron –en concreto- refugiados viviendo desde pequeño entre Egipto, Palestina y Galilea (al sur de Siria) y con el que hoy nadie se sentaría al lado en un metro en Europa.

Y quien dijo–en su última comida y antes de morir por sedición contra Roma y por ir contra del rito políticamente correcto en el siglo I de nuestra era en manos de autoridades religiosas judías- algo que hoy en día suena disonante desde lo cognitivo:

"Ustedes son mis amigos, y nada va a cambiar eso".

Y lo dijo frente a un grupo heterogéneo de hombres y mujeres; sí, mujeres en un tiempo donde –si hoy son asesinadas y ninguneadas- por aquellos siglos lo eran en grado brutalmente superlativo. 

PRIMERA REFLEXIÓN

Sí pues, lo dicho, reflexionemos en torno a este personaje y lo que dejó como herencia moral: sobre todo a la luz de recientes acontecimientos. A ver si este legado moral -desde luego- se cumple desde el poder de Roma y sus peces gordos.

Por ejemplo, hagamos ello con relación a lo sucedido entre diciembre del 2016 y enero último en el Perú a propósito de sendas decisiones del Ministerio Público de dos casos emblemáticos que acogen -y pusieron a prueba en ese momento- nuestra dimensión cognitiva y dimensión personal de fe (si se tiene ésta; si no, da lo mismo):

- La desestimación definitiva ante el Ministerio Público del caso de las mujeres andinas esterilizadas por la autarquía de Alberto Fujimori a fines de los años 90;

- Y la dimisión –por parte de la fiscalía también- para acoger las denuncias de las víctimas del fundador del Sodalicio de Vida Cristiana Luis Fernando Figari.

* No obstante, el 30 de marzo último se ha reabierto la posibilidad de un proceso por el caso víctimas versus Sodalicio.

A quienes él les decía "amigos" porque él prefería la diversidad y la libertad, antes que la cerrazón y esclavitud del rito.

Una de las reflexiones que de momento me asaltan (y por aquel entonces también) fue que –en redes- de inmediato vimos católicos militantes deslindando de estos hechos; en lugar de denunciar e indignarse por toda esta situación, ellos muy correctos, de modales inmaculados dijeron: “no todos somos así”.

Algunos diciendo: "Pero hay católicos buenos, honestos, misioneros, etc"

Bien, veamos. Ser cristiano, tener fe, hacer caridad, difundir el evangelio, ser testigo de éste y no chiflarte niños o niñas NO ES MÉRITO.

¿Acaso el banco te premia por pagar tu préstamo a tiempo? ¿O el Ministerio de la Mujer te da dinero por no golpear a tu esposa? ¿O Greenpeace te regala un auto ecológico por no ensuciar el mar? ¿El colegio te da diploma por alimentar a tu hijo?

¡NO cura o monja moralmente superior porque no lames a mi hijo o hija! Haces lo que tienes que hacer. Tu rollo aquel de "No metas a todos en el mismo saco", te lo bancas tú y tu continencia. No lo uses conmigo para justificar a una institución y líderes inmorales.

En función a lo anterior, algunos rezadores –por aquel triste mes de enero- compartían statement de curas que no se follan a nuestros hijos, y que andan en África bancándose guerras civiles, hambre y muerte.

Bien, a los rezadores les cuento algo ¿ya? ellos (los sufridos pero "buenísima onda" curas y monjas), tú y yo TODOS SOMOS CÓMPLICES DE MUCHOS FIGARI, CIPRIANI, AGUER Y MUCHOS MASIEL. Ellos, tú y yo somos unos inmorales de pacotilla. Esa es la verdad.

SEGUNDA REFLEXIÓN

Desde que consideras a un Papa "pecho frío" como Francisco como "progre" cuando a la vez él dice que "Solo la unión entre hombre y mujer cumple una función social plena". Y de taquito, blindó a un pederastra como Figari, dándole atención de "lujo" en Roma. 

O desde que consideras a un tipo como Juan Pablo II santo cuando por él y su fobia estúpida e irresponsable al condón en 1988 llevó a millones a morir de SIDA en África, y ves como algo normal toda una red mafiosa con sede en Roma de encubridores; bien, por todo ello eres -somos- secuaces de toda esta podredumbre.

"Felicitaciones" a esos religiosos que como tú son "cheveres", marxistas, progres, ecoamistosos, gayfriendly y hipsters pero que no hacen NADA frente a la impunidad de un Cipriani, Rouco, Cañizares, Bertone; quedándose calladitos en el retiro, casa parroquial, claustro, misión y lo que es peor y es sacrilegio: SE QUEDAN CALLADOS EN LA HOMILÍA.

Por ello, en lugar de compartir cartitas de estos curitas y monjitas en sandalia para que digan "...él o ella es un católico diferente", deberías cuestionar tu permanencia en una comunidad corrupta y apañadora, reflexionar en torno a tu moral cristiana católica, dudar si tu fe es el camino correcto para lograr la justicia social y ser más combativo y combativa.  

TERCERA REFLEXIÓN: MARÍA LLORA y mucho

¿Por qué debes cuestionar todo esto hoy en Viernes Santo? porque en estos momentos María no sólo llora a sus hijas esterilizadas en los 90 o a sus hijos violados por el líder del sodalicio; María también tiene bronca, rabia.

Ellas y ellos, no obstante alejados física y emocionalmente son hijos de ella, de María. ¡Y María no llora sólo por este quien fuera su hijo! ¡Llora porque siente rabia, pena y frustración! ¡María llora porque quiere justicia y porque ella es madre también!

Y no, hoy -al menos yo- NO perdono ni doy la otra mejilla. Hoy hay que combatir.