Hace un mes se supo que 47 de 272 caballos comprados en el 2013 y asignados al Regimiento Escolta Mariscal Nieto, unidad montada de ceremonial y protocolo y que funge como resguardo en Palacio de Gobierno, murieron -en lo que para muchos medios se trató de maltrato animal- en situación poco transparente y en un lapso de tres años.  

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Fueron 15 caballos por año los que fenecieron en instalaciones castrenses; en tanto en un club privado, con menor infraestructura y personal que en un cuartel o centro de enseñanza ecuestre militar la mortandad alcanza a un ejemplar fallecido, a lo más dos por año según sus autoridades.

En un contexto donde en el 2001 se mató –según testigos- a hachazos a un caballo y en 2005, se sometió –también de acuerdo con testimonios de miembros del ejército- a inanición a un lote de yeguas madres que provocó el aborto de sus crías, asistimos a esta oscura muerte de 47 ejemplares adquiridos en Argentina en una operación donde la opinión pública supo poco o casi nada.

<<AQUÍ puedes revisar la PRIMERA PARTE de este reportaje>>

Esta misteriosa compra y muerte del 17% del lote inicial, vino precedida –una vez más- de otro acontecimiento donde se mezcla el maltrato animal con acusaciones por corrupción, peculado, malversación, falsificación, omisión de denuncia y contrabando. Todo, al interior del ejército (de nuevo) y con el presunto concurso de civiles. Esta vez el escenario fueron los Juegos Bolivarianos del 2013 y quien detalla estos acontecimientos es la policía de investigaciones adscrita al Ministerio Público.

Fueron 15 caballos por año los que fenecieron en instalaciones castrenses; en tanto en un club privado, con menor infraestructura y personal que en un cuartel o centro de enseñanza ecuestre militar la mortandad alcanza a un ejemplar, a lo más dos por año.

Por otro lado, conversamos con una experta británica en Ciencias Equinas quien nos dio una dimensión profesional y científica de lo que podría haber ocurrido con estas muertes y –lo que es valioso- qué medida se podría tomar en rápida reacción para salvar al grupo restante de caballos que aún quedan con vida.

Todo ello, lo veremos en esta segunda entrega.


JUEGOS BOLIVARIANOS 2013 Y MUERTE EN LA FRONTERA.

En el 2012, una orden del entonces jefe del ejército peruano Ricardo Moncada da cuenta de la “necesidad” de adquirir caballos de cara a los Juegos Bolivarianos a realizarse en Lima. Se emitieron documentos respectivos convocando a una suerte de licitación donde se presentó un solo postor que no tenía ni experiencia ni infraestructura para el comercio de ganado equino.

Se cotizó el monto por tres animales, se emitió orden de compra en tiempo récord, el proveedor local elegido despachó el ganado también con extraña celeridad. Éste llegó a la Escuela de Equitación del Ejército (EEE) –de acuerdo con las actas oficiales firmadas por oficiales adscritos a la escuela- durante el último trimestre del año 2012. 

Hasta ahí, todo "bien" [resaltamos comillas]. No obstante, en el 2013, una denuncia llegó a la fiscalía dando cuenta de que los caballos no se compraron en concurso y menos a través del mercado local.

El Ministerio Público entonces citó no sólo a los oficiales que la imputación mencionó, sino a miembros civiles.

Entre noviembre y diciembre del 2013, desfilaron ante la policía Marco Antonio Vásquez Patiño [ascendido a general en el 2015 por Humala (tratamos de hablar con él de este caso y otros precedentes pero no quiso detallar nada)] y Mariano La Torre, así como César Barzola [nombrado por la investigación a propósito de la espantosa muerte del caballo Desbordante (ver primer parte)], Iván Rojas Rodríguez, Christian Ángulo Marconi [por febrero del año 2015, denunciado por violación de una soldado en el cuartel en Sullana]; y Fernando Gutarra Vilchez, de la empresa Corporación Agropecuaria Bertha, presunta y solitaria compañía ganadora de la buena pro.

En esta primera indagatoria, no se halló responsabilidad civil ni penal en ninguno de estos personajes; los papeles documentando el proceso aparentemente en regla y sus avales presumiblemente invictos.

Sin embargo, la Dirección contra la Corrupción de la Policía Nacional (DIRCOCOR) adjunta al Ministerio Público descubrió poco después, ya en el 2014, serias y alarmantes irregularidades con los oficiales mencionados por la DIRCOCOR y los viajes que éstos realizaron a la Argentina en el 2012, un año antes a los juegos. Dando pie ello a una segunda investigación y a visualizar el delito de contrabando con mejor perspectiva.

El nuevo legajo de la DIRCOCOR con pruebas del montaje de la licitación, manipulación de documentos y de contrabando llegó a la fiscalía, pero ésta –de nuevo y sin mediar explicación clara- sobreseyó la imputación.

<Puedes ver la investigación y conclusiones de la DIRCOCOR haciendo clic AQUÍ>

Nosotros, a través de un informe previo publicado el año pasado informamos de ello y se concluyó que:

“Lo hallado por la DIRCOCOR y por lo detallado en la denuncia, se rechaza este modelo de convocatoria inicial y más bien se destaca ante fiscalía que los animales fueron traídos en concreto hacia el último trimestre del 2012 desde Argentina, pasando por Bolivia, para luego –ya en el Perú- tener una estación previa en Arequipa (esto es clave) y enrumbar a Lima, específicamente a las instalaciones de la EEE”.

Mención aparte merece David Levy Fleishman, presidente de la Federación Deportiva Nacional Ecuestre (FDNE) y quien facilita su manifestación policial también en primera instancia en el 2013. 

Es importante transparentar a Levy pues según la policía, este alto funcionario y presidente "casi perpetuo" a decir de terceros de la FDNE contactó con un comerciante y exmilitar argentino de nombre José Ortelli para que no sólo provea de los tres caballos, sino para que venga a Lima y funja –en extraña maniobra y figura de “todo a la vez”- como proveedor de ganado, entrenador del equipo militar y juez en la etapa clasificatoria a los juegos: sí, como se lee: vendedor, juez y entrenador. Equivale a que de Ricardo Gareca dependa la venta de balones, la dirección técnica y la clasificación al mundial de la selección de fútbol.

Efectivamente, Ortelli vino a la capital e hizo todo ello; lo más curioso, cobró con dinero de la FDNE, es decir, de todos los peruanos. Intentamos recoger la versión de Ortelli, pero éste nunca dio tribuna a la prensa siendo evasivo y enviando a terceros a atendernos sin mediar declaración alguna.

Efectivamente y según la DIRCOCOR, los caballos se adquirieron en Argentina.

Y fueron traídos en malas condiciones, por tierra, en camiones no aptos para el transporte de ganado fino y pasando al Perú por la frontera con Bolivia por punas y altiplanicies heladas, expuestos los equinos al frío y a la deshidratación. ¿El resultado de este mal acarreo? Un caballo murió de una dolorosa y lenta hipotermia.

Como corresponde, nosotros contrastamos con las autoridades y voceros del ejército peruano todos estos hechos y la respuesta fue en la línea de confirmar lo actuado por la institución. Se reafirmaron entonces en la licitación y el origen nacional de los caballos.

Todo hace presumir que más allá del contrabando y probable delito de fingir una licitación, se torturó –una vez más- a un animal en el ejército. Y nuevamente –de acuerdo con la policía- con el concurso y complicidad de los oficiales y civiles antes nombrados.


CRÍA Y MANUTENCIÓN DE CABALLOS: EJÉRCITO NO ESTARÍA EN CAPACIDAD

Ello concluye Sophie McCarter, experta británica formada en Ciencias Equinas en Europa y con experiencia en gestión, cría, salud y alimentación de equinos; y a quien consultamos en exclusiva. 

Como científica y profesional del caballo, McCarter trabajó en un criadero de caballos de alta de competencia en Alemania teniendo a su cargo –tan sólo ella y su equipo profesional- más de 500 equinos.

Sabe de lo que habla entonces cuando refiere ella que no le ve mucho sentido a que el ejército peruano compre un lote de 272 caballos de Argentina, sobre todo con un presupuesto tan limitado en gestión de establos, salud equina, formación y capacitación de equipo veterinario, formación de expertos en nutrición, sin contar con oficiales peritos educados en la "cultura del caballo" entre otros puntos clave para una cría y mantenimiento exitoso.

Equivale a decir usando el refranero criollo, que para un militar peruano poseer un caballo es "mucho jamón para tan pocos huevos". 

“El problema es de gestión, yo soy testigo de que al interior de la escuela de La Molina (la EEE) no existe una gestión eficiente en términos de gerencia por ejemplo y lo mismo –pienso- será en otras unidades montadas. Yo vi chicos muy jóvenes, los de baja graduación –los soldados- sin mayor experiencia o capacitación que cuidan y alimentan a los caballos con los pocos recursos que les dan. En tanto, oficiales de mayor rango están educados con ideas anticuadas que no van en sincronía con los nuevos conocimientos en el manejo del equino que existe hoy en día. En suma, no hay una ‘industria del caballo’, no hay un protocolo de cría ni manutención, menos capacitación o aprendizaje nuevo de ‘gerencia del caballo’. Lo que hay es antiguo y no ha evolucionado”, explica.   

“Lo más justo sería ver criaderos e instalaciones militares con altos estándares de cría y manejo pero lejos de Lima. Con buenas pasturas y alimento; pero esa –de momento- no es la cultura ni política en el ejército y no sabemos la razón”.

A propósito de lo explicado por Orlando Herrera, vocero del ejército, cuando éste aseguró que las muertes de hasta 15 caballos por año tuvo como “factor principal” el cambio de hábitat: de vivir en la pampa argentina a vivir en el desierto peruano, McCarter desliza –muy diplomática ella- que esta declaración es de una ingenuidad muy interesante y que carece de un conocimiento mínimo sobre el manejo equino.

“El clima no es determinante en los equinos; no necesariamente pues con buenas condiciones mínimas (agua y alimento) el caballo adapta muy bien el clima a sus necesidades; así viva en una selva. De hecho, los caballos de alta competencia viajan mucho y cambian de un momento a otro de medio ambiente”, explica.

[De acuerdo con Miguel Aliaga, oficial de caballería que citamos en la primera parte de la investigación, la explicación de Herrera le genera una “ternura enorme”].

Entonces, ¿qué está pasando? ¿Cuál -desde la dimensión de una experta en Ciencias Equinas- sería la explicación?

“Es evidente la falta de habilidades gerenciales y por otro lado, el deseo por obtener un beneficio económico; lo que es evidente y específico es que ellos [los oficiales] viven en una burbuja desde donde no ven o no quieren ver lo poco capacitados que están para esta industria de criar y mantener caballos. El problema enorme también es su posición de poder que les impide trabajar con honestidad en general y en particular tener buenas prácticas para la cría y mantenimiento. Son muy complacientes con ellos mismos”, explica.

“Cosas tan evidentes como tener agua y alimento en buen estado que evite enfermedades y muertes precoces y rápidas como las que vemos en las estadísticas, no pueden implementarlas”, concluye.

sophie mccarter | "¿Qué les pasa?" es la reflexión de la especialista a propósito del accionar y la pericia del ejército en el manejo de su ganado equino. foto: juan carlos ladines.

Lo mejor para McCarter y de cara a salvar a los caballos restantes que aún se encuentran con vida sería sacarlos de los cuarteles y buscarles una suerte de santuario fuera de Lima, a campo abierto y con pasturas que les permita –en todo caso- tener una vida digna.

Así de grave es la situación.

Sólo resta que no sólo haya una voz en los órganos de control del ejército que deslinde de la desidia y la apatía para investigar, sobre todo que no tenga miedo de hacer ello; se espera que el Ministerio Público, fiscalía y Congreso tampoco guarden silencio, aquel silencio que suele ser el peor cómplice cuando la corrupción es la señora y la impunidad su fiel compañera. 

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REFLEXIÓN FINAL Y OPINIÓN

Mario Puzo escribió alguna vez, “La fuerza de una familia como la fuerza de un ejército se basa en la lealtad mutua”. Durante siglos, los caballos han sido compañeros de los soldados en los campos de batalla. Vivían en campaña tanto como morían junto a él. Compartían tanto alegrías como penurias.

Un soldado de verdad, no permite que un compañero de armas muera torturado de un hachazo en la testuz o se le impida comer siendo una yegua preñada que guarda un tesoro en su vientre o que fallezca miserablemente de frío en un camión, a mal traer en una puna helada.

Mi abuelo materno fue oficial del cuerpo de ingenieros, fue un buen hijo, esposo y padre que a sus hijos dio techo, vestido, educación, salud y protección emocional con un magro sueldo de oficial. Murió tan o más pobre de cuando ingresó al ejército, todo se lo dejó a sus hijos. Hablaba nueve idiomas, fue el primero de su curso en la Academia Militar y su hobbie era traducir libros de texto del alemán al inglés y de éste al francés y finalmente al castellano.

Su regimiento de zapadores montado fue la primera unidad del ejército peruano en ingresar a Huaquillas en la guerra del 41, con 40C de calor, mosquitos y sin haber comido más que galleta rancia y tomado agua podrida por un mes. 

Cuando llegaron las provisiones, mi abuelo con malaria y más flaco que un gato, ordenó a sus oficiales que coman primero la tropa (cansada, afiebrada y famélica) y después las mulas y caballos del regimiento; posteriormente –cuando las raciones fueron repartidas entre la soldada quechuahablante y el ganado- recién ahí comieron los oficiales. Nunca robó o atacó a sus pares, sean estos humanos o animales militares.

Imagino que para muchos, mi abuelo era un tonto de marca mayor y lo mirarían hoy con desdén.

No lo creo, mi abuelo fue es y será un soldado de Bolognesi, de Castilla, Paulet, Gálvez y de Cáceres. Más allá de ello, mi abuelo es un oficial y sobre todo, un ser humano decente que amaba y tenía empatía con el mundo y con todos los seres que habitan en él, valorando la vida de éstos y protegiéndola que es al fin y al cabo, el deber del militar, del oficial que como caballero medieval tiene como norma esencial el proteger a los débiles. Sean éstos humanos o animales a su cargo.

Desbordante; yeguas hambreadas y potrillos no natos; el caballo muerto de frío y los 47 del regimiento escolta, paz para ustedes.

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Foto de portada: Andina (pública).

(Todos los documentos se utilizan bajo el amparo del Decreto Ley No. 27806 Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y en referencia al Derecho a la Información).


También puedes leer:

ESCALOFRIANTES HISTORIAS DE MASACRES DE CABALLOS EN EL EJÉRCITO [PRIMERA PARTE]

<INVESTIGACIÓN> Historia de una investigación del Ministerio Público a propósito de una compra de caballos para el ejército.

SENTENCIA PREVIA DE FISCALÍA [aquí puedes asistir a los testimonios de oficiales y civiles que la policía encontró contradictorios].

Cuartel Barbones era utilizado para procesar y vender verduras a supermercados.

<HISTORIA del regimiento escolta> Todos los caballos del presidente.