Semana movida para la firma de asesoría tributaria Grupo Verona. En particular, para su socio principal José Verona Baluarte, abogado especialista en impuestos.  

Dos reportajes del portal de investigación Ojo Público, publicados con celeridad uno tras otro y con escasa diferencia de seis días entre ellos, dan cuenta cómo –en el primer informe- el Grupo Verona “asesoró” a Fernando Barreto, un empresario pesquero multado por malas prácticas de mercado e investigado por la Superintendencia de Administración Tributaria (Sunat) por evasión y desbalance patrimonial.

En la pesquisa periodística se desprende que la asesoría, por parte de la consultora en tributos hacia el hombre de negocios pesquero, fue realizada a través de tres personajes [excontadores] vinculados a Grupo Verona. Cuestión que esta firma se encargó de desmentir a través de un comunicado que rezó que los individuos aludidos por Ojo Público, no sólo no trabajaron para la firma en los períodos sugeridos por la publicación, sino que nunca mediaron a favor de Grupo Verona para ejercer algún tipo de consultoría hacia el empresario. Se añade que Barreto, de acuerdo a Grupo Verona, nunca cotizó propuesta alguna con la firma.

Todo ello lo sustentó la consultora con los respectivos documentos laborales de despido y liquidación de servicios de los tres personajes; y un informe de Sunat contradiciendo lo dicho por Ojo Público a propósito del desbalance patrimonial del socio principal de la consultora.

Resultado: el informe de Ojo Público –todo indica y a decir de voceros de la firma aludida- no fue ni acertado ni quirúrgico en establecer el nexo entre Grupo Verona y Fernando Barreto, a la sazón, personaje que se encuentra bajo la lupa de Sunat (con énfasis) desde el 2015.

El segundo documento de Ojo Público, compartido en redes –como dijimos- casi de inmediato al primero no fue en tono indagatorio. Alejándose de su perfil de portal de investigación, el texto presentado en la plataforma se trató de una publicación informativa, casi de difusión. Se ponía en relieve un proceso interno de investigación preliminar de la Sunat (que aún no consigna resolución o conclusiones definitivas) donde se estaría indagando el presunto ilícito de –ahora sí, con nombre propio- José Verona por corrupción y “manejos irregulares”.

El investigador a cargo de los dos textos mencionados, Óscar Castilla, trató de comunicarse con Verona de cara a conocer su versión. No obstante, el abogado tributarista no hizo declaración alguna explicando que –como miembro de la comisión de transferencia del Ministerio de Economía y Finanzas- consignaba una suerte de silencio de monje cartujo de claustro.

José Eduardo Castillo Carazas, socio y vocero de Grupo Verona quiso salir a declarar en su momento, pero Castilla de Ojo Público no dio –según fuentes de la firma- tribuna a sus descargos.

A propósito de estos argumentos, asumimos la tarea que Ojo Público descartó según los afectados y conversamos con Castillo Carazas de cara a informar los alegatos, que no obstante fueron publicados en La República y Gestión, no se dio detalle de ellos.

Veamos.

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En 2015, los contadores Walter Aiquipa Ávalos, Julio Omar Primo Lingán y Fernando Franco Delgado, ¿se encontraban trabajando en Grupo Verona?  

No. Fernando Franco, que fue practicante, empezó en octubre del 2011 y entra a trabajar contratado por Walter Aiquipa. Él [Franco] se retira el 23 de mayo del 2012 junto a Aiquipa. Con respecto a Julio Primo, éste se retira el 15 de mayo del 2014.

Entonces, ¿para el 2015 ellos ya no tenían vínculos con el Grupo Verona siendo imposible que ellos pudieran asesorar a nombre de la firma?

Así es.

Ustedes consignan como core de negocio la consultoría en devoluciones, fiscalizaciones y asesoría en tax planning. ¿Por qué no pensar que entre Barreto y Grupo Verona hubo relación si él y sus empresas calzaban con el perfil de cliente perfecto de la firma?

Es una pregunta válida; pero, en realidad debemos entender que en el Perú todos, de una manera u otra, somos contribuyentes y como todos somos contribuyentes, todos somos potenciales clientes del Grupo Verona. Por ello, como “cualquiera” puede venir a trabajar con nosotros y “cualquiera” puede ser cliente de la empresa nosotros cuidamos dos cosas: con quién trabajamos y a quién contratamos. Y como cualquiera puede ser susceptible a ser cliente de nosotros, lo filtramos si tenemos la menor duda de él.

“Cualquiera” también que conoce el negocio de consultoría pensaría –insisto- que el vínculo entre Barreto y Grupo Verona cae por sí solo; no obstante, me explica que hay filtros para evitar –entiendo- casos como los de Barreto. ¿Qué filtros son esos?

Existen dos fases. Previamente se determina la información pública y el estatus en Sunat del potencial cliente. Si es un cliente con un estado crítico ante Sunat (deudas, multas, fiscalizaciones) no lo vamos a ayudar porque la carga procesal va a ser muy costosa e inmanejable para él y para nosotros; y si lo vemos vinculado con ciertos escándalos, va a ser muy difícil solucionarle sus problemas. En una segunda etapa, evaluamos la compañía: antes de firmar el contrato o propuesta pedimos información de la compañía. Y ahí evaluamos si realmente el caso amerita o no asesoría. Pero ojo, lo primero es descartar al cliente. En el caso de Barreto, éste nunca pasó el primer filtro. No hubo contacto físico o reunión por parte de Grupo Verona siquiera, simplemente porque esta persona no paso la primera fase.


...como “cualquiera” puede venir a trabajar con nosotros y “cualquiera” puede ser cliente de la empresa nosotros cuidamos dos cosas: con quién trabajamos y a quién contratamos. Y como cualquiera puede ser susceptible a ser cliente de nosotros, lo filtramos si tenemos la menor duda de él.


El informe de Ojo Público dice que los excontadores  “atendieron las primeras acciones de fiscalización contra el empresario (Fernando Barreto)” deslizando que lo hicieron a nombre de la firma. ¿Cuál es la reflexión que su representada realiza que sustentaría que esto no es cierto?

Primero debemos entender por qué se fueron (del Grupo Verona) estas personas. Salvo Primo, Aiquipa y Franco fueron separados de la firma porque nosotros tenemos un principio básico: cuidar la marca. Y la forma de cuidarla es evitando que las personas que trabajan para esta marca, hagan cosas fuera de ésta. Al detectar que ellos ofrecían servicios a nombre de la firma, los separamos.

Pero ello no es un delito…

Pero es una falta a nuestro código interno. Y esa falta, amerita su expulsión. Entonces, si ellos capturaron clientes y no tomaron los respectivos filtros o controles, es un tema de ellos que Grupo Verona no puede resolver. Es más, Grupo Verona no puede responder por la actuación profesional independiente de exempleados ni antes, durante o después de su relación laboral con la firma. Lo único que se puede hacer es desvincularlos y es lo que nosotros hicimos. Lo que ellos hayan hecho como negocio propio no lo podemos manejar.

Desde su perspectiva, ¿esto que usted dice invalidaría el informe de Ojo Público?

Sí. Y le digo por qué: nosotros le dijimos a la gente de Ojo Público que estas personas no habían trabajado a nombre de Grupo Verona. Yo los llamé y me ratifiqué en las fechas (cuando se desvinculó a los tres contadores de Barreto) y claramente les dije que fueron antes de iniciada la investigación de Sunat. Me tomé el trabajo de explicarles el porqué de nuestra filosofía de trabajo. Este reportaje ha tenido cierta tendencia, es claro. Y ha descontextualizado nuestra labor como empresa que difunde cultura tributaria y que trabaja según los requerimientos y procedimientos legales de Sunat.

Pero un detalle: la promoción y publicidad de Grupo Verona iba en la línea de lo que precisaba –se entiende- Fernando Barreto. Y así lo hizo notar Ojo Público.

A ver, nosotros no tenemos una división de compra de offshore; nosotros no somos Mossack Fonseca; no somos nadie que está en el Perú haciendo ese negocio. El principio de nosotros es claro: si no es contribuyente, no es cliente. Y una offshore no es contribuyente.

Pero asesoraban a quienes tenían o tienen offshore; se ve ello en la publicidad.

Cuando Sunat informó que iba a investigar casos emblemáticos que contribuyentes que tenían offshore, Grupo Verona salió a decir señores si ustedes tienen una offshore y no han declarado sus rentas están ante una situación de contingencia tributaria, asesórense. ¿Y qué es asesorar? Es evaluar y diagnosticar. Nuevamente, en la línea de nuestro negocio: asesorías en devoluciones, fiscalizaciones y tax planning. Por último, por ejemplo, en el tema de las devoluciones, qué tiene de malo salir a ofrecer una alternativa de capitalización para las empresas accediendo a una devolución dineraria que por ley les corresponde; sobre todo, en un contexto de recesión económica. Nosotros queremos que la Sunat esté cerca de nuestros clientes, no lejos.


No hubo contacto físico o reunión por parte de Grupo Verona siquiera, simplemente porque esta persona [Fernando Barreto] no paso la primera fase [de filtro].


Ojo Público informa que José Verona es blanco de una investigación preliminar por parte de la Sunat que da cuenta, entre otras cosas, de presiones por parte de Verona a funcionarios de la administradora. ¿Cuál es su reflexión?

Nos acusan de llamar por teléfono, de “presionar”. Bueno pues, ¡les estamos cobrando a Sunat! Es decir, ellos sí pueden llamar a presionar, ellos sí me pueden bloquear la cuenta, ellos sí me pueden meter medidas cautelares; es más, me las dan antes de notificarme. Y esa ha sido la forma de “trabajar” y presionar a la gente por parte de la Sunat. Pero si yo llamo para que me paguen, es delito.

¿Por qué cree usted que –en ambos reportajes de Ojo Público- el nombre del Grupo Verona (y José Verona) está vinculado con el de Fernando Barreto y con denuncias por manejos irregulares en la Sunat?

Para Óscar Castilla, el nombre “Grupo Verona” que lleva el mismo nombre que el socio fundador, el cual en estos momentos es parte de la comisión de transferencia del Ministerio de Economía y Finanzas, “vende más” que Walter Aiquipa y compañía.

José Verona estaría en la línea de Kuczynski y Thorne de efectuar una reforma tributaria a todo nivel. Esto, en su opinión, ¿habría levantado recelos en la actual administración tributaria contra Verona, cuestión que explicaría estos reportajes?

Si la actual administración tributaria ha mandado a hacer una investigación, no es porque ha encontrado algo malo en el proceso de devolución (cosa que hacemos hace ocho años y no hemos tenido ni sospecha o atisbo de investigación por parte de ellos), ha sido porque le suena raro que este señor llame como loco. Eso es un mecanismo de presión hacia la persona que hoy en día está trabajando por la reforma tributaria. La pregunta más bien es ¿por qué él? ¿Por qué José Verona es blanco de investigaciones y cómo éstas se filtran hacia un periodista en particular? No hay que olvidar que hace tres semanas, el superintendente salió a cuestionar la nueva política de reforma del presidente y del futuro ministro de Economía (Alfredo Thorne); por cierto, el actual ministro también ha cuestionado la reforma. Entonces, ¿qué se ve detrás de todo este armado de reportajes y conductas? Vemos una oposición paralela que trata de dañar a los técnicos que pueden llevar la reforma adelante. ¿A qué se tiene miedo? ¿A que se revisen casos y escándalos que existen? Todo esto es muy extraño, es un tema -me temo- personalizado y dirigido.

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Foto de portada: Grupo Verona.

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