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Paul Krugman: del chardonnay al caviar sólo hay un paso. foto: redstate.com

Tantas veces Krugman

A propósito de la visita al Perú del premio Nobel de Economía 2008, una reflexión sobre por qué podría no caerles bien a algunos actores del quehacer económico y empresarial locales.

"Los ricos son distintos a usted y a mí: ellos tienen influencia"

Paul Krugman

Publicado: 2014-03-16

Sería simpático ver al empresario minero Roque Benavides sentado en una mesa con Marco Arana Zegarra, disertando en torno a un tema tan robusto como la competitividad. Decimos 'simpático' porque Benavides sería de los que ven a Arana, activista medioambiental y dirigente del movimiento político Tierra y Dignidad, como un ecologista de izquierda, un 'siniestro operador' que trabaja para organizaciones no gubernamentales que desean frustrar los proyectos de exploración y explotación de las empresas mineras a cargo de Benavides. Parafraseando a Aldo Mariátegui, lanzaríamos un estruendoso '¡vamos! un ecologista caviar con todas sus letras'.

Pues bien, en unos días tendremos a Paul Krugman en Lima, Nobel de Economía en el 2008 y quien predijera la crisis financiera global de ese mismo año un lustro antes aproximadamente. Krugman será invitado de cabecera para participar en el seminario Internacional “Nuevos Paradigmas en Competitividad”, a realizarse el próximo 19 de marzo bajo auspicio de la escuela de negocios de ESAN.

Y lo veremos sentado junto a Roque Benavides, presidente ejecutivo de Minas Buenaventura y uno de los empresarios más 'duros' para dialogar con voceros y dirigentes de las comunidades campesinas a la hora de implementar un proyecto de sus empresas. 

¿Qué vela tiene Krugman con los líos entre Arana y Benavides?

Bien, para muchos sectores conservadores de Estados Unidos y Europa, Paul Krugman llegaría a ser una suerte de 'Marco Arana' de la economía por su enfoque neokeynesiano y promotor de una concepción progresista y social en su pensamiento económico. Siguiendo con Mariátegui: '¡Vamos! un economista caviar con todas sus letras'.

Es un hecho que durante la administración Bush, Krugman era visto como 'el enemigo' por sus reiteradas críticas al modelo neoliberal que decantó en una crisis de dimensiones dantescas, crisis cuyos estragos aún persisten. El ala republicana, economistas financieros, operadores de Wall Street, banqueros y empresarios consideran que el neokeynesianismo del economista y profesor de 61 años nacido en Long Island, Nueva York y profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton, es una suerte de reivindicación 'estatista' contra una economía tradicionalmente sin controles, regulaciones ni restricciones gubernamentales. 

Los postulados de Keynes en la década de los años 30 y 40 renacieron no sólo con Krugman sino con otro economista y Nobel en 2001 Joseph Stiglitz, ideas como una participación o papel más activo del Estado en la distribución de la renta vía generación de inversión (pública) y empleo, cuyo influjo notorio sobre el gasto, demanda agregada y consumo serían los motores para el recobrar el dinamismo de una economía alicaída, fueron detonantes para que Krugman sea considerado por la mano 'derecha de Dios' estadounidense, persona non grata en los pasillos de la Reserva Federal, Secretaría del Tesoro y Wall Street sobre todo durante la década pasada. 

Actualmente, otra economista keynesiana Janet Yellen está a la cabeza de la Reserva Federal. Parece que los keynesianos están de moda.

Pero entremos en detalle y repasemos algunas premisas del Nobel que le generaron recelos y que el economista William Janeway, profesor de la universidad de Cambridge, devela a partir del "pensamiento Krugman" de manera impecable en un artículo del portal Project Syndicate:

1. Rol activo del Estado como generador de políticas pro gasto público.

2. Recetas sólidas para la activación de la demanda agregada.

3. Crítica respecto al pobre papel del capitalismo confiando en burbujas.

4. La débil demanda del sector privado ante una desconfianza en los mercados, habida cuenta un Estado inerte que no genera estímulos para el gasto. 

5. Mercado de Valores poco creativo que no invierte en infraestructura, tecnología, medio ambiente (prefiriendo el "humo": especulando en bonos, acciones y derivados).

6. Inercia estatal para trazar estrategias frente al desgaste de la economía del bienestar y el aplazamiento del gasto de capital. 

7. Paupérrima normativa estatal en temas de desarrollo científico y climático.

Bien, estas ideas 'de izquierda' para un conservadurismo político y económico estadounidense que Janeway traduce a partir de Krugman, podrían hacernos sonreír sobre todo cuando el buen Roque se siente el miércoles 19, no sabemos si a la izquierda o derecha, al lado de Krugman.

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Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

MAD ECONOMY

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