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¿EXISTE EL ECONOMISTA GLOBAL?

Publicado: 2013-01-25

La mayoría de las cosas que difundimos, enseñamos y mostramos son temas que "entendemos" bien: nos queda clarísima su naturaleza, tanto teórica como práctica.

Sea en el campo en el que nos movamos: arte, literatura, medicina, psicología, economía, matemáticas, política, comunicaciones, diseño, moda, música, etc.

De ahí que no sólo las defendemos, sino hasta las difundimos y llegamos a sustentarlas con una pericia envidiable.

Por eso, cuando Mad Economy (ME) se topa -vía un libro, artículo, ensayo o publicación-, con un "experto" o "especialista" en algún tema, anda con cuidado y recelo: "Y si -siendo 'especialista' en literatura isabelina del siglo XVI-, se le pregunta al especialista respecto al 'bum' latinoamericano de los 60's?" O bien ME se tortura pensando: "...Ok, tiene un MBA, ¿pero si se le pregunta si sabe algo de 'economía del bienestar' o inclusión del mercado o pleno empleo en una sociedad desigual?".

Okey, suena raro pero es una realidad que existen cada vez más "expertos" y "especialistas" en todo; y no particularmente, pero si en general, tratan de robarnos el reloj para luego cobrarnos por pedirles la hora, ¿usando qué? NUESTRO PROPIO RELOJ.

¿O son casualidades las columnas Roxanne Chessman, Aldo Mariátegui; o las declaraciones de una despistada Claudia Dammert? Expertos y más expertos en TODO.

Felizmente, al final del día, con más tranquilidad, ME se queda pensando que existe un antídoto para no caer en la tentación de ser uno más de estos "expertos": LEER, pero leer de TODO, no sólo lo que te queda "clarísimo" o lo que corresponde estrictamente a tu campo.

Ir más allá de los muros de tu quehacer profesional o académico es la clave.

En nuestro campo, la economía, podemos hacer el ejercicio más gráfico...

De existir una "economía global" (cosa que hasta ahora ME no entiende del todo bien), entonces se deduciría que debe existir un "economista global" también; que ejerza con la misma fortaleza las teorías y prácticas de esta economía, pero de forma menos banal, con más mente, profundidad y política para todos, yendo más allá que el negocio neo liberal o de sesgo capitalista liberal.

Definamos lo que para ME es un "economista global"; lo haremos por contraposición: un economista global NO es un CEO de una gran corporación preocupado desde las 8am hasta las 12am de resultados de negocio, presentaciones tontas, reuniones poco productivas y eficientes. NO es un Director que ve sólo el tramo en la línea temporal de su empresa dentro de una industria determinada, sin vislumbrar cambios externos que afecten su participación en el mercado. NO es un gerente de finanzas, con MBA incluido, incapaz de analizar las consecuencias históricas o sociales que implican tomar un decisión al libre albedrío del mercado, sin importar Estado, Regulación, Población, Sociedad, etc.

En suma, un economista global, NO es un técnico poco eficiente para vislumbrar y menos sustentar un cambio social, histórico, medio ambiental, político, económico, macro económico, social, legal, científico, etc. sean éstos a favor o en contra de su actividad profesional o de negocio.

Entonces, deducimos que un economista global debe ser un profesional cultivado, no necesariamente con una cultura "oceánica" o de enciclopedia británica; pero si un tanto pretencioso, lo suficiente como para escapar de los renglones de su oficina y ver que el Mundo se compone de algo más que números, estadísticas de negocio, metas de ventas, presupuestos y otras banalidades.

Ya está.

Un amigo de ME solía decir en su paso por Alemania como estudiante: "Lo 'bueno' de haber sido un pésimo estudiante de economía, es haber sido un 'impecable' estudiante en matemáticas, antropología, psicología, teología, historia, ecología, política, literatura, etcétera"

¿Llevaba razón? En primera instancia sí. Su excelente formación "global", agregada y diversificada en muchas materias, lo llevó a fundar una exitosa consultora en China en 2001 y ver cómo está economía daba el gran salto al consumo, inversión, Estado y oferta exportadora.

Veamos qué opina Dani Rodrik, profesor de Economía Internacional de Harvard en su ensayo "The New Mercantilits Challenge" (en TheProject Sindycate, 9/01/2013), sobre los economistas globales:

Según Rodrik, la mayor parte de los economistas globales son los que asumieron hace mucho tiempo que la pugna entre el liberalismo económico y el mercantilismo algún día tendría que llegar a su final y con ellos en medio para tomar riendas de la situación.

El liberalismo económico, aquel que define a la economía local y mundial en función al resultado del negocio, sin injerencia del Estado; donde lo más importante -repetimos-, es la búsqueda del beneficio, fue el caldo de cultivo para el desarrollo de técnicos, antes que de "libres-pensadores". No guardaron recelo al penetrar mentes y corazones al afirmar que en el modelo liberal, debe primar el consumidor, pero entendido éste no desde un humanismo post moderno, sino como sujeto y objeto de producción. Para los liberales del siglo XVIII o en su mutación traducida en los yupies de los 80's y 90's, hasta llegar a los banqueros irracionales de los años 2008 y 2009, el consumidor era lo más importante, pero no per se, sino por su perfil de depositario de los resultados del negocio. Acercarlos a los bienes y servicios, a precios bajos, era una "noble" tarea para el liberalismo que poco a poco se convirtió en su propia pesadilla. Las explosiones de las crisis financieras globales de los años 30, 2008 y 2012, demostraron que -pese a Adam Smith que dejó en claro que una cosa es riqueza y otra dinero-, que no todo es tecnicismo, chartismo (cuadros y gráficas) y no todo es política de consumo no por el consumidor, sino por el negocio, finalmente, demostró que no todo es volumen de negocio, precios bajos, grandes cantidades vendidas; donde, si la ecuación de ingresos es I = P x Q (I = ingresos; P = Precio; Q = Cantidad), no siempre es sano y bueno que los negocios sean más "Q" que "P".

Para ME no todo es malo bajo este enfoque porque esto no es un juego de "buenos" y "malos":

- El fomento del consumo llevó a las economías a cuotas de progreso saludables.

- Los precios bajos, por defecto, iban adecuándose en función al desarrollo y dinamismo de la demanda: mayor consumo, mejores y más robustos precios en el tiempo.

- Más bienes y servicios a precios bajos, desarrollaron una clase media en Europa y América del Norte, durante el siglo XIX, que devino en una burguesía en que en muchos tramos del siglo XX, fueron el motor de desarrollo de la mayor parte de las economías industrializadas.

- El enfoque minimalista de Adam Smith en su Tratado sobre las Riqueza de las Naciones (1776) es impecable al decir que "...no hay que confundir riqueza con dinero porque la riqueza de un reino no necesariamente está constituida en su oro y plata, sino, por sus tierras, casas y bienes de consumo de todo tipo".

Con esto, Smith echaba por tierra las pretenciosas y añosas teorías mercantilistas, que aparentemente (o en sus inicios), enfatizaron la acumulación, bajo protección del Estado, antes que la producción.

Pero esto -de acuerdo al ensayo de Dani Rodrik -, es equivocado, al menos en Historia y Política Económica, porque el mercantilismo nunca buscó que lo arcaico que significaba acumular metales y piedras preciosas, sea el motor de su enfoque.

No es correcto decir eso. Tomás Mun, teórico defensor del mercantilismo y citado por Rodrik en su ensayo, de hecho fue también adalid del capitalismo, sólo que Mun, como muchos otros teóricos del mercantilismo planteó otro camino. En palabras de Rodrik: "...they just propounded a different model than liberalism" ["Ellos proponían un modelo diferente al del liberalismo"] (1)

Lo correcto o más exacto, según Rodrik, es pensar en el mercantilismo como una forma distinta de organizar el capitalismo en función a la relación economía y Estado. Algo así como los keynesianos enfrentaban el debate con los neo liberales de la Escuela de Chicago en los 80's, donde Friedman entrenó a una serie de técnicos en Latinoamérica que terminaron con un brutal arrastre y retroceso de la economía regional, con un costo social extremadamente alto, costo que aún acusan economías como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina y del cual, felizmente, salieron Perú, Chile y Colombia.

El pseudo-triunfo intelectual del liberalismo -como afirma Rodrik en el ensayo citado-, "nos ha cegado respecto al gran atractivo de las prácticas mercantilistas".

Con esto Rodrik, diseña a modo de boceto, lo que un economista global debe acusar: perspicacia para entender la economía de un país, sin dejar de lado otras variables relevantes para la misma.

Con el mercantilismo nace el economista global.

El mercantilismo es un modelo económico cuyo enfoque está basado en fortalecer el sector productivo de una economía. Para los mercantilistas iniciales, una sólida base productiva fue la plataforma de lanzamiento de una economía exitosa (2). A diferencia de los liberales, el consumo debe estar en función a un nivel alto de empleo, ajustado a salarios reales adecuados y con un alto grado de regulación (3).

Para Rodrik, ambos modelos, tuvieron sus implicancias futuras en el desarrollo económico mundial:

"Estos modelos diferentes tienen implicaciones predecibles para las políticas económicas internacionales. La lógica del enfoque liberal es que los beneficios económicos del intercambio surgen de las importaciones: cuanto más baratas las importaciones, mejor, incluso si el resultado es un déficit comercial. Los mercantilistas, sin embargo, ven al comercio como una forma de apoyar la producción y el empleo locales, y prefieren impulsar las exportaciones en vez de las importaciones.

La China actual es la principal portadora de la antorcha mercantilista, aún cuando los líderes chinos jamás lo admitan –todavía el término conlleva demasiado oprobio. Gran parte del milagro económico chino es producto de un gobierno activista que ha apoyado, estimulado y subsidiado abiertamente a los productores industriales –tanto locales como extranjeros" (4).

Justamente en el último párrafo de la cita anterior, calza el concepto del economista global. Veamos lo que no es en el primer "bulet" y lo que sí es en el segundo:

Un técnico, liberal digamos, por su sesgo anti regulación estatal no hubiera visto con buenos ojos que el Estado regule y norme su actividad económica o de negocio. No le hubiese interesado -por ejemplo-, un contrato con el Estado para construir una carretera, hospital, escuelas o viviendas a niveles populares.

Un economista global, mercantilista digamos,  por su sesgo Estado-pro empresarial hubiera mirado más allá que el técnico, pensar a largo plazo ¡vamos! y concebir un proyecto o mega proyecto hotelero en una zona de amortiguamiento donde se beneficien 600 ú 800 familias en un espacio deprimido económica  y estructuralmente de la costa sur, protegiendo lo social a la vez que lo ambiental y económico.

En suma, el economista global ve más allá, es más largoplacista, menos mediocre, más cultivado, más visionario y con más sentido común que el técnico.

Las diferencias pueden ser más banales que el enfoque propuesto por Rodrik (liberalimo versus mercantilismo), estas diferencias pueden ir desde el uso de un traje de 3 mil euros y corbatas de seda por un lado y unos jeans y un par de Chuck Taylor por parte del otro.

Otro hito en el planteamiento de Rodrik, tiene que ver con la conclusión del mismo:

"El modelo liberal ha perdido su brillo, debido al aumento en la desigualdad y la difícil situación de la clase media en occidente, junto con la crisis financiera producida por la desregulación. Las perspectivas de crecimiento en el mediano plazo para las economías estadounidense y europeas van de moderadas a funestas. El desempleo continuará como una de las principales preocupaciones para los responsables de políticas. Es probable que entonces las presiones mercantilistas se intensifiquen en los países avanzados.

Como resultado, el nuevo entorno económico producirá más tensión que acomodamientos entre los países que busquen vías liberales y mercantilistas. Puede también despertar debates latentes desde hace mucho tiempo sobre el tipo de capitalismo que genera una mayor prosperidad " (5).

Entonces, qué queda. Por un lado economistas con una magra visión de futuro; y ante las perspectivas globales de la economía, corremos en riesgo (casi inevitable) de repetir las políticas y funestas prácticas del pasado, lejano y reciente; por otro, la esperanza en la existencia de economistas globales, científicos sociales en una dimensión más amplia y estricta de la palabra, que permitan que la economía no sea solamente -parafraseando al poeta Martín Adán-, "...un librito de sumas y restas".

¿Existen economistas globales? ¿Donde su enfoque sea el "mind, matter and social politics?" Si y esperemos que hayan más...

(1) The Project Sindycate. "The New Mercantilist Challenge", Dani Rodrik. Professor of International Political Economy at Harvard University’s Kennedy School of Government and a leading scholar of globalization and economic development. His most recent book is The Globalization Paradox: Democracy and the Future of the World Economy.

Read more at http://www.project-syndicate.org/commentary/the-return-of-mercantilism-by-dani-rodrik#Y0lpiMeXvfTJSSWZ.99

(2) Ídem

(3) Ídem

(4) Ídem

(5) Ídem


Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

MAD ECONOMY

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